Los pasados días 6, 7 y 8 de julio tuvo lugar el Mad Cool 2023. Aquí te contamos cómo vivimos la sexta edición del macrofestival de Madrid.
Mad Cool 2023
Jueves, 6 de julio
Nueva edición del Mad Cool y nuevo recinto, con todo lo que ello conlleva. Preferimos no arriesgar y llegar con tiempo para explorar el nuevo espacio, tras unas cuantas paradas de cercanías ya estábamos a las puertas del Mad Cool 2023, en el distrito de Villaverde. Teníamos nuestras dudas, pero enseguida nos acostumbramos al Iberdrola Music —nombre que recibe el recinto— y nos resultó bastante cómodo (exceptuando el último día). El paso entre los dos escenarios principales es un poco complicado en hora punta, ya que una gran zona VIP los divide, pero perfectamente manejable. Hay un único punto de baños, en el centro del espacio, y aunque es enorme y está relativamente cerca de todos los escenarios, se iba formando un cuello de botella en el acceso según se acercaba la hora de los cabezas de cartel. Por supuesto, una de las señas de identidad del Mad Cool, su cesped artificial, no podía faltar.
Decidimos arrancar la jornada con Selah Sue en el escenario Ouigo. La cantautora belga, acompañada por tres coristas y su banda, y arropada por los festivaleros más madrugadores, nos regaló 40 minutos de pura pasión. Nos contagió su buen rollo y toda su energía desde el primer momento, con una «Kingdom» que fue toda una declaración de intenciones. Viajamos hasta sus inicios con esa «Raggamuffin» que la dio a conocer mundialmente —»donde empezó todo para mí»—, ataviada de guitarra acústica y siendo el único momento de descanso que tuvieron sus coristas. La potente voz rasgada de Selah Sue se hizo notar durante toda la actuación, pero si una canción se merece una mención especial en este aspecto, esa es su reciente «All The Way Down», que nos puso la piel de gallina. Siguiendo con su último álbum, una extendida «Pills» puso a bailar a todos los allí presentes, montando una fiesta justo a tiempo para el apoteósico final que supuso «Crazy World».
Las siete de la tarde y el segundo escenario principal, el Madrid is Life, se estrenaba con nada más y nada menos que The Offspring. La mítica banda californiana de punk rock no se anduvo con miramientos y nos regalo un concierto de grandes éxitos: desde «Come Out And Play» hasta «You’re Gonna Go Far, Kid», pasando por temas como «Why Don’t You Get a Job?», «Pretty Fly (for a White Guy)», «The Kids Aren’t Alright» o una «Self Esteem» que sirvió de colofón final. Dexter Holland y los suyos pusieron patas arriba el Mad Cool durante una hora de coreos y pogos sin descanso.
Volvimos a la carpa del escenario Ouigo, esta vez para la actuación de Raye. La joven artista londinense, famosa en parte por sus colaboraciones con DJs como Jonas Blue, Jax Jones, Regard o David Guetta, aprovechó la ocasión para presentarnos su reciente álbum debut: «My 21st Century Blues». No nos quedamos a todo el concierto, pero nos dio tiempo a disfrutar de canciones como una potente «The Thrill Is Gone.» o una «Secrets» que puso a bailar a todos los presentes.
A las ocho de la tarde se materializó uno de los solapes más criticados desde que se anunciaron los horarios: Machine Gun Kelly, en el escenario principal; y The 1975, en el Region of Madrid. Esto pudo jugar una mala pasada a Matty Healy y los suyos, hacía mucho tiempo que no veíamos un concierto de la banda británica sin ser todo un baño de masas. En este ambiente más íntimo, su reciente «Being Funny in a Foreign Language» y un desaliñado Matty fueron los grandes protagonistas de la tarde. Es cierto que el show pierde bastante a plena luz del día y sin las grandes pantallas con las que estamos acostumbrados a verles, pero igualmente nos ofrecieron un concierto a la altura. Los fans cantaron a pleno pulmón grandes clásicos de la banda como «It’s Not Living (If It’s Not With You)», «Robbers» o «Somebody Else». Las nuevas canciones tampoco se quedaron atrás, entre las que debemos destacar unas coreadas «Oh Caroline» y «About You».
En este mismo escenario, unos 40 minutos después de terminar The 1975, llegó el turno de Sigur Rós. El tercer escenario del Mad Cool era uno de nuestros sitios favoritos en el antiguo recinto de IFEMA, ahora no podía ser menos y, de la mano de los islandeses, volvió a enamorarnos. Una hipnotizante actuación que recordaremos por mucho tiempo, con un sonido y una puesta en escena perfectos. Jónsi dio una clase magistral de lo que es líderar una banda de post-rock, sin grandes artificios pero cautivador a unos niveles que no veíamos en mucho tiempo Sin lugar a dudas, este fue el concierto del día y, probablemente, del festival. Sencillamente brutal.
Momento del principal cabeza de cartel del día: Robbie Williams. En un principio nos habíamos planteado la opción de ir un rato a Rina Sawayama, pero hicimos honores a una «Let Me Entertain You» que sonó a las primeras de cambio y nos dejamos entretener por el show de Robbie. No es para menos, y es que entre risas y bromas con un público entregadísimo, la hora y media de concierto se nos pasó volando. Hubo tiempo para un par de temas de Take That, «Do What U Like» y «The Flood», que aprovechó para contar un poco su evolución personal y meterse con su antigua banda. Otros momentos destacados fueron una coreada cover de «Don’t Look Back in Anger», de Oasis, y una «Love My Life» aderezada con cañonazos de confetti. Por supuesto, «Angels» cerró el concierto con todo el recinto entonando al unísono ese mítico «I’m loving angels instead». Por cierto, menos mal que al final no nos movimos para ver a Rina Sawayama, y es que más tarde nos enteraríamos de que se había cancelado su actuación.
El cierre de esta jornada inaugural guardaba varios platos fuertes: entre Lil Nas X, Franz Ferdinand y Honey Dijon, optamos por el primero. El rapero estadounidense, de la mano de una puesta en escena digna de Broadway, puso a bailar a todo el publico con «MONTERO (Call Me by Your Name)». El show de Lil Nas X es todo un espectáculo y, al mismo tiempo, nada más que eso: puro show. Gozamos de temas como «Old Town Road», «THATS WHAT I WANT», «INDUSTRY BABY» e, incluso, un interludio de baile a ritmo de «S&M», de Rihanna; o «Perra», de J Balvin y Tokischa.
Otro de nuestros miedos con el nuevo recinto era la vuelta al centro de Madrid, pero la verdad es que no tardamos mucho en coger un metro que nos llevó directos hasta Sol. No sabemos qué tal se desempeñaron el resto de opciones de transporte, pero por nuestra parte, de 10.
Viernes, 7 de julio
Un cartel tan potente como el del Mad Cool en un horario tan reducido provoca que ocurran cosas como esta: Spoon inaugurando el segundo día del festival un poco antes de las seis de la tarde. El público más valiente se acercó al escenario principal bajo los 33°C que azotaban Villaverde. Por si esto no fuera suficiente, la energética dosis de rock de los de Austin nos puso a saltar para que terminásenos de derretirnos por completo. Curiosos —y fans rendidos al calor— optaron por disfrutar del show sentados cómodamente en el cesped artificial de las inmediaciones del escenario. Turnando entre la guitarra acústica y la eléctrica, Britt Daniel y los suyos nos amenizaron la primera hora de la tarde al son de temas como «Wild», «Don’t You Evah», «Inside Out» e incluso una cover muy bien traída de «Isolation» de John Lennon —»the sun will never disappear»—.
Maynard Keenan vino al Mad Cool en busca de aliens con el que es su proyecto más personal, Puscifer. Refrescándonos a manguerazos limpios lanzados desde el pasillo central, disfrutamos en el segundo escenario del teatral rock de la banda californiana. Teníamos pensado compaginar esta actuación con la de dEUS, pero desde el primer momento, con una potente «Fake Affront», nos quedamos atrapados con el show de Maynard, Carina y Mat. Una magnífica puesta en escena, solo descafeinada por ser a plena luz del día, nos metió de lleno en el divertido mundo de Puscifer, del que ya no saldríamos hasta el final de la actuación.
Nos movimos a nuestro amado tercer escenario, el Region of Madrid, para tomar posiciones para el concierto de Tash Sultana. La multinstrumentalista australiana dio gala de sus habilidades a la guitarra, la batería, la mesa de mezclas e incluso al saxofón y a la flauta. A través de hipnotizantes loops con los que iba construyendo sus temas en directo, un abarrotado Region of Madrid cayó rendido ante la de Melbourne. Su característica mezcla piscodélica de rock y reggae fue todo un soplo de aire fresco para este sofocante día, con unas vibrantes «Pretty Lady» y «Jungle» que contagiaron de buen rollo a todo el público allí presente.
Sí, los solapes suelen ser dolorosos, y en este Mad Cool con tantos artistas en una franja horaria tan restrigida —a las 2 de la mañana se acaban los conciertos— son inevitables. Por otro lado, estos solapes a veces dan pie a shows mágicos, como fue el caso de Bombay Bicycle Club en la carpa de Ouigo. Mientras el grueso del público se concentraba en el segundo escenario para la actuación de Queens Of The Stone Age, Bombay Bicycle Club hacían lo propio aquí. Desde los primeros acordes de «Eat, Sleep, Wake (Nothing but You)» supimos que estábamos ante algo especial, y es que el ambiente era el idóneo para algo memorable. Los coreos de los fans de la banda londinense resonaron en toda la carpa a ritmo de temas como «Shuffle», «Overdone» o «Feel». Consciente del momento que se había creado aquí, Jack Steadman se mostró muy agradecido y confesó que no esperaban tanto público al coincidir con el concierto de Josh Homme y los suyos. Unos problemas técnicos hicieron que se parase la actuación, retomando el vuelo unos minutos más tarde y de forma impecable con «How Can You Swallow So Much Sleep». La epicidad llegó a su culmen con «Always Like This», euforia colectiva a viva voz y con la certeza de que esto había sido algo único.
Nos movimos a la parte izquierda del escenario principal para la actuación de uno de los grandes reclamos del día: Mumford & Sons. El expansivo folk de la banda británica se dejó querer en Madrid, especialmente por sus compatriotas, cada vez más presentes en el Mad Cool. Un lustro después de la publicación de su último disco —un «Delta» ya con mínima presencia en el directo—, Marcos Mumford y los suyos deleitaron a sus fans rescatando temas de sus anteriores álbumes, empezando directamente con «Babel» y uno de sus grandes clásicos, «Little Lion Man». Juegos de pirotecnia aderezaron una gran actuación que, tras una coreadísima «The Wolf», llegó al bis de la mano de «Snake Eyes», «Awake My Soul» y, por supuesto, una «I Will Wait» en medio de fuegos artificiales que iluminaron el cielo de Villaverde.
Cruzamos al segundo escenario y cruzamos el charco para disfrutar de los estadounidenses The Black Keys. Tras una introductoria «I Got Mine», atacaron con las populares «Gold on the Ceiling» y «Tighten Up», poniendo a saltar a todos los presentes. Este subidón se repetiría a mitad de actuación con «Howlin’ For You», y es que a pesar de haber lanzado un nuevo álbum el año pasado, «Dropout Boogie», sus anteriores LPs «Brothers» y «El Camino» siguen siendo los grandes protagonistas. De hecho, el único corte que nos ofrecieron de ese «Dropout Boogie» fue el single «Wild Child», muy bien acogido. Para finalizar el día por todo lo alto, nos emocionamos con «Little Black Submarines» y bailamos y saltamos al ritmo de «Lonely Boy».
Sábado, 8 de julio
Considerando que este era el estreno de un nuevo recinto, los dos días previos a esta jornada habían resultado más que correctos, pero en este último día se podía sentir la que se nos venía encima desde casi primera hora de la tarde. Este recinto, al menos con la distribución por la que optó el Mad Cool, no puede acoger a 70.000 personas, y menos con un cabeza de cartel tan potente como lo es Red Hot Chili Peppers. Como era de esperar, la inmensa mayoría del público optó por ver al gran cabeza de cartel del festival, con lo que el agobio llegaba hasta la zona de los baños, donde ya de por sí se formaba un importante cuello de botella.
La última jornada del festival la abrimos con Sylvan Esso en el escenario principal, zona que ya se iba tiñendo de rojo, blanco y negro con la infinidad de camisetas de Red Hot Chili Peppers que veríamos durante el día. La pareja estadounidense puso a bailar al público con su animado electropop, cumpliendo con creces la dura tarea de abrir un día como este. «Alarm», «Ferris Wheel», «Kick Jump Twist» y «Die Young» sonaron a la primera de cambio, con una incansable Amelia Meath entonando los temas al tiempo que saltaba de un lado a otro del escenario. Hacia el final del concierto pudimos disfrutar de dos de sus temas más populares, «Radio» y «Coffee», que nos pusieron a bailar de nuevo y nos dejaron con ganas de más Sylvan Esso.
Siguiente parada: Cupido en el Region of Madrid. En un primer momento parecía que no iba a haber mucha gente en el concierto, pero poco a poco se fue llenando y se creó un ambiente realmente divertido. Presentando su segundo álbum, «Sobredosis de amor», Pimp Flaco y los suyos montaron una de las mejores fiestas del festival, haciendo gala de una complicidad sobresaliente con el público. Público que correspondió la entrega de la banda entonando al unísono todo el repertorio, especialmente en temas como «Sobredosis de amor«, «La Pared», «No Sabes Mentir» o «Tu Foto».
De vuelta en el escenario principal, pudimos hacernos sitio por el lado izquierdo y posicionarnos para ver al hooligan por excelencia, Liam Gallagher. El pequeño de los Gallagher, fiel a su chaqueta incluso ante las temperaturas más exigentes, hizo las delicias tanto de sus fans como de los nostálgicos de Oasis que copaban las primeras filas. Y es que más de la mitad del repertorio fueron canciones originales de la mítica banda de Manchester, empezando por «Morning Glory» y «Rock’n’Roll Star». Sus compatriotas británicos lo vivieron como nunca, con cánticos desenfadados, a hombros de colegas igualmente eufóricos y animando a Liam desde antes de empezar la actuación. Turnando su inclinada pose con las maracas y la pandereta, también nos ofreció algunos temas de su andanza en solitario, como unas vibrantes «Wall of Glass» y «Once», coreadas ya como grandes clásicos. Pero el tema que se llevó la palma en cuanto a cánticos no fue otro que ese radiadísimo «Wonderwall», que sonó ya hacia el final del concierto y que fue introducido con un desafiante «¿hay algún fan del Real Madrid por aquí? esta es para los fans del Manchester City, ¡de nada!». Una emocionante «Champagne Supernova» remató una actuación de altura.
Nos movimos al segundo escenario, donde nos esperaba la actuación de M.I.A., la flagrante sustituta de última hora de Janelle Monáe. Muy poca gente se atrevió a abandonar su trabajado sitio en el escenario principal, pero los que nos vinimos al Madrid Is Life nos lo pasamos en grande. Maya nos regaló una actitud encomiable, una puesta en escena sencilla pero muy potente y un sonido impecable. No faltó energía e incluso las canciones más recientes fueron recibidas de maravilla, como una «F.I.A.S.O.M. Pt. 2» que abrió el concierto y una extensiva «Marigold» que sirvió de cierre. El atardecer madrileño se convirtió en toda una rave en la que no dejaron de sonar éxitos, como «Born Free», «Double Bubble Trouble», «Bad Girls» —acompañada de su mítico videoclip en la enorme pantalla de fondo—, «Bamboo Banga», «Borders» y, por descontado, una coreadísima «Paper Planes». Nos encantó el concierto de M.I.A. y esperamos volver a verla pronto.
No nos quedamos mucho rato en el concierto de Red Hot Chili Peppers, pero sí nos dio tiempo a ver una muy buena introducción por parte de Frusciante, Flea y Chad. Durante «Around the World» notamos que, además de sonar un poco regular —sorprendente siendo el Mad Cool un festival con un sonido brutal—, el volumen estaba muy bajo, por lo menos para las miles de personas que estábamos más atrás. De camino a nuestra siguiente parada, escuchamos unas «The Zephyr Song» y «Snow ((Hey Oh))» en las que parecía que el problema de volumen se había solventado. Por lo que vimos, no fue el mejor concierto de los californianos, que además se dejaron muchos de sus grandes clásicos en el tintero, en favor de temas de sus recientes álbumes.
Nos abrimos paso como pudimos hasta el tercer escenario, donde pudimos respirar aliviados y disfrutar de una sobresaliente actuación de pop, la de Ava Max. Su reciente y notable trabajo, «Diamonds & Dancefloors», fue el gran protagonista del setlist. De hecho, el tema que da nombre al álbum abrió el concierto y sirvió como declaración de intenciones. Acompañada de varias bailarinas, Ava sacó a relucir su voz e hizo las delicias de un público que no dejó de cantar y bailar durante la hora de actuación. Y es que temazos no le faltan: «Kings & Queens», «Weapons», «Maybe You’re the Problem», «Dancing’s Done», «Sleepwalker» o «Million Dollar Baby» son solo algunos de los que sonaron antes de llegar al multitudinario karaoke que se montó con «Sweet but Psycho». Vimos entre el público, además de muchas niñas pequeñas, alguna que otra persona con camiseta de Red Hot Chili Peppers, ¿quizás no aguantaron el agobio que se estaba viviendo por allí? Sea como sea, estaban disfrutando como los que más. La popular canción que tiene con Tiësto, «The Motto», concluyó una fantástica actuación que se suma al Salón de la Fama del tercer escenario del Mad Cool.
El cierre del festival corrió a cargo de The Prodigy en el escenario Madrid Is Life. Empezaron con «Breathe» y «Omen» y la fiesta ya estaba servida, brutal. Un sonido atronador, un Maxim entregadísimo que no dejaba de animar al público y un Mad Cool ya más despejado fueron los ingredientes estrella para un final espectacular. Pura energía y enormes pogos hasta la torre de sonido de la mano de hits como «Voodoo People», «Firestarter», «Smack My Bitch Up», «Invaders Must Die» y «Out of Space». Un cierre de 10.
Nos quedamos con muy buen sabor de boca tras la ruta que seguimos en este último día, pero debemos insistir en que aquí, tal y como están las cosas y como se vio en esta jornada, 70.000 personas a la vez no pueden estar cómodas. Hay un buen margen de mejora para el año que viene: redistribución de escenarios o reducción de la zona VIP, accesos a los baños, ubicación de los stands publicitarios y, en general, flujos de público entre las diferentes zonas del recinto. Por otro lado, algo que habíamos sufrido mucho en pasadas ediciones era el transporte de vuelta a casa, pero este año la opción metro funcionó a las mil maravillas.
¡Nos vemos en 2024!