Los pasados días 12, 13 y 14 de junio tuvo lugar el festival Primavera Sound Porto 2025. Aquí os contamos cómo vivimos esta nueva edición del festival portugués.
Primavera Sound Porto 2025

Jueves, 12 de junio
Comenzamos nuestra aventura en el Primavera Sound Porto 2025 con la íntima propuesta de Christian Lee Hutson. Acompañado de Odessa Jorgensen (violín y coros), de su guitarra y de unas pequeñas sillas, el de Missouri hizo gala de su talento musical y cautivó a todos los presentes de principio a fin. La colina del escenario Vodafone se volvió a llenar de música, y temas como «Carousel Horses», «Lose This Number» o «Strawberry Lemonade» emocionaron a un público que poco a poco iba llenando el Parque da Cidade.

Nos movimos al escenario contiguo, el escenario Super Bock, para recibir a Angélica Garcia. La garra y la camaleónica voz de la estadounidense salió a relucir desde el primer momento con una performance de lo más enérgica. Entre ella y su acompañante a la batería, Val Sepulveda, nos contagiaron de esa misma energía y nos pusieron a vibrar con algunos de los temas de «Gemelo» (Partisan, 2024), su último álbum, que acaba de cumplir un año y en el que nos encontramos el grueso de su concierto: «Juanita»; «Ángel (Eterna)»; «Mírame»; «Y Grito»; «Gemini» o una «Paloma» en la que puso a todo el público a cantar. Un problema técnico con el micrófono durante «El Que», por el que Angélica se deshizo en disculpas, trajo consigo uno de los momentos del show, cantando sus versos a capella para terminar retomando la canción con toda su intensidad. También hubo tiempo de recuperar algunos de sus temas anteriores, como una «Karma the Knife» que sonó atronadora.

De vuelta en el escenario Vodafone, llegó el turno de Glass Beams. Los australianos nos llevaron de viaje psicodélico por Oriente Medio y nos embelesaron a través de un potente bajo destilando ritmos funk. Las máscaras doradas no hicieron más que añadir un plus de misticidad a una actuación que bien podría haber salido de las Tumbas de Atuan.

Subimos la colina para acudir a nuestro primer concierto en el escenario principal, por el que ya habían pasado horas antes Tulipa Ruiz y Dehd. En esta ocasión, Fontaines D.C. tomaban el relevo. Los irlandeses decoraron el escenario con banderas de Palestina y no escatimaron en recordar el genocidio en Gaza a lo largo de su concierto. A pesar del sentimiento de impotencia, se agradece que grandes artistas den visibilidad y se posicionen de forma genuina y contundente. Tras cuatro álbumes de estudio en apenas cinco años —desde su aclamado debut con «Dogrel» (Partisan, 2019) hasta su definitiva consagración el año pasado con «Romance» (XL, 2024), pasando por «A Hero’s Death» (Partisan, 2020) y «Skinty Fia» (Partisan, 2022)— los de Dublín se han convertido en indiscutibles cabezas de cartel: el escenario principal estaba completamente abarrotado y las camisetas de la banda eran omnipresentes. Su particular post-punk se abrió paso con unas enlazadas «Romance», «Jackie Down The Line» y «Televised Mind». Alternaron temas recientes como «Sundowner», «It’s Amazing to Be Young» o «Favourite» con algunos de sus himnos más coreados, como «Big» o «Boys in the Better Land». Cerraron por todo lo alto con «I Love You» y «Starburster», dejando muy claro que Fontaines D.C. está en estado de gracia.

Apenas cinco minutos después de que Fontaines D.C. se despidieran del escenario principal, nos desplazamos al Revolut para ver a Magdalena Bay. El dúo estadounidense arrancó puntual a las 22:10 con «She Looked Like Me!» y presentó un set centrado exclusivamente en su último disco, «Imaginal Disk» (Mom + Pop, 2024), que interpretaron en orden, de principio a fin. El sonido synthpop, acompañado de una puesta en escena cargada de elementos mágicos, nos metió de lleno en el mundo onírico de Magdalena Bay. Destacaron temas como «Death & Romance» o «That’s My Floor», celebrados por todos los presentes.
Y llegó uno de los momentos más esperados del festival: Charli xcx. El verde neón se había dejado ver durante toda la tarde y en la cola de entrada antes de abrir las puertas del recinto y, por fin, salía a relucir para recibir con los brazos abiertos el tour BRAT. Un punto de inflexión en el pop contemporáneo y, en general, en la cultura pop, cargado de ruido y de carisma. Sin banda ni bailarines, Charli se bastó de una gran lona verde rasgada y de su propia presencia para llenar el escenario y montar una auténtica fiesta. «365», «360» y el vertiginoso himno que supone «Von dutch» sirvieron para abrir el concierto con una fuerza imparable. El baile viral de «Apple» inundó la pista; vibramos al ritmo de «Speed Drive», hit pop con ADN Barbie; coreamos la vulnerable «Sympathy is a knife»; y nos transportamos de nuevo al confinamiento con «party 4 u», la única representación del «how i’m feeling now» (Atlantic, 2020) durante el show. Finalmente, «I Love It» puso la colorida y despreocupada guinda a un apoteósico concierto. Su propuesta en directo puede gustar más o menos, pero es innegable que es un fenómeno a otra escala, y que el momento es idóneo: ese viral brat summer de 2024 aún no ha llegado a su fin.

Para terminar la jornada, nos situamos de nuevo en la ladera del escenario Vodafone para recibir el formato live de Caribou. El canadiense volvió a demostrar una vez más por qué es uno de los artistas más queridos del festival, poniendo a bailar al público con toda una celebración electrónica marcada por el buen rollo y por ese house tan coreable marca de la casa. «Come Find Me», una extendida «Broke My Heart» y, especialmente, «Can’t Do Without You» —convertido en himno del Primavera Sound desde la pandemia— fueron algunos de los temas que sirvieron para despedir a lo grande un primer día cargado de emociones.

Viernes, 13 de junio
El segundo día del festival arrancó en el escenario principal con The Blkbrds, que abrieron la jornada a las 16:45 con una inesperada sorpresa: estaban acompañados por el colectivo de baile Reboot. Entre bailarines y banda, se encargaron de llenar el escenario de groove y expresividad durante todo el concierto. Aunque aún no había mucho público, la energía era totalmente contagiosa y la conexión entre la banda y los asistentes fue inmediata. La robótica “Electric Vision” sirvió de bienvenida y marcó el tono de lo que sería una auténtica celebración de la música y del baile, como ellos mismos comentaron. Destacó una vibrante “Call Me Up” que despertó un poco más al público más madrugador. En su debut en el norte de Portugal, muy agradecidos, dejaron claro que se lo habían pasado tan bien sobre el escenario como nosotros en la pista.

Después del boost de energía que nos dio The Blkbrds a primera hora, nos movimos al idílico escenario Vodafone para disfrutar de la actuación de ANAVITÓRIA. Aunque no conocíamos mucho su música, nada más llegar pudimos notar y sentirnos partícipes de una conexión muy especial con el público portugués. Acompañadas de una amplia banda, las brasileñas nos ofrecieron un emocionante concierto con canciones como una celebradísima «Amarelo, azul e branco» o una íntima «Água-viva» que interpretaron sentadas al borde del escenario. Curiosamente, entre el público más entregado —y visiblemente emocionado coreando las letras del dúo— destacaban algunas camisetas de Deftones, que actuarían horas más tarde en este mismo escenario.

De vuelta en el escenario principal, nos esperaba la actuación de Waxahatchee. Katie Crutchfield aprovechó la ocasión para presentar su último trabajo, «Tigers Blood» (Anti-, 2024), del que recibimos una buena dosis con temas como «3 Sisters», «Right Back to It» o «Crowbar». La de Alabama, enfundada en un look vaquero, sacó a relucir su habilidad vocal y sus raíces sureñas y nos regaló un magnífico concierto en el que también hubo tiempo para recuperar algunos de los cortes más sobresalientes de su anterior disco, «Saint Cloud» (Merge, 2020), con unas celebradas «Can’t Do Much», «Lilacs» y, para cerrar el concierto, una emotiva «Fire».

Nos movimos al escenario Revolut para presenciar uno de los conciertos marcados en rojo en los horarios: Los Campesinos!. Y es que, aunque el solape con TV on the Radio fue doloroso, la banda de Cardiff no pisaba Portugal desde 2010 y no podíamos dejar pasar la oportunidad. Los autoproclamados como «la primera y única banda emo del Reino Unido» no defraudaron y lo dieron todo sobre el escenario, tanto en los temas de su último trabajo, «All Hell» (Heart Swells, 2024), como en sus ya himnos ageneracionales. Saltamos a ritmo de «Romance is Boring», «Avocado, Baby», «Feast of Tongues» o «You! Me! Dancing!», y quedó muy claro que no podemos volver a esperar 15 años para verlos de vuelta por aquí. Siempre comprometidos con la clase trabajadora, una proclama por Palestina decoró el teclado de Kim Paisey durante toda la actuación.

El momento más divertido del día llegó con el concierto de Aminé en el escenario Super Bock. El DJ del norteamericano caldeó el ambiente durante unos diez minutos con una selección de hits urbanos de ayer y de hoy: desde unas muy bien traídas «Eu Bem Que Te Avisei – Tu Empinou Ele Pei» (MC Delux) y «Chegou 3» (shonci), que encendieron automáticamente al público portugués, hasta «Sexual Eruption» (Snopp Dogg), pasando por éxitos más recientes e internacionales como «Like That» (Future) o «NUEVAYoL» (Bad Bunny). Tras esta pequeña activación, Aminé saltó al escenario como una apisonadora con «Arc de Triomphe», recién sacada del horno como parte de su «13 Months of Sunshine» (CLBN, 2025). El concierto fue toda una celebración del verano y del buen rollo. Turnando tragos de su cóctel, el rapero de Portland fue desgranando algunos de los temas más emblemáticos de su discografía: «BLACKJACK», «SHINE», «Woodlawn», «Spice Girl», «Charmander» y, por supuesto, sus virales «Caroline» y «REEL IT IN». Para animar aún más la fiesta, un efectivo «Porto, sois mucho mejores que Barcelona, ¡os quiero!» desató la ovación de un ya entregado público. De su nuevo trabajo destacaron también unas coreadas «Vacay» y «Sage Time», además de la ya mencionada «Arc de Triomphe». Eso sí, echamos en falta «Raspberry Kisses».

A continuación nos dirigimos de nuevo al escenario Vodafone, que bien podría considerarse el verdadero escenario principal del día, como lo fue en ediciones pasadas. Allí, además del gran reclamo de la jornada —Deftones— ya habían actuado ANAVITÓRIA y TV on the Radio. Ahora llegaba el turno de nada más y nada menos que Beach House. El dream pop de Victoria Legrand y Alex Scally sigue sonando tan brillante y bonito como siempre, y su puesta en escena lo acompaña a las mil maravillas. Etéreos visuales en la gran pantalla trasera y tenues juegos de luces que, junto a temas como «Lazuli» o «Dark Spring», nos conectaron de lleno con la banda desde el primer momento. La atmósfera de sonido de Beach House abrazó a toda la ladera del Parque da Cidade y no la soltó hasta el final del concierto. Es difícil destacar alguna canción en concreto, pero momentos como «PPP», «Space Song» o la maravillosa «Girl of the Year» elevaron la actuación a otro nivel y la consagraron, sin duda, como una de las más memorables del festival.

El cabeza de cartel del viernes fue Central Cee. Dos años después de su paso por este mismo escenario Porto, el rapero británico regresaba en letras mayúsculas. Aparte de sus más acérrimos fans, que ocuparon las primeras filas y vivieron el concierto al máximo, no se puede decir que Central Cee tuviese mucho poder de convocatoria. Aunque sí se acercaron algunos curiosos, la explanada del escenario principal se quedó un poco vacía considerando la posición de headliner. El londinense abrió fuego rápidamente con su viral «Doja» y luego fue alternando temas de su reciente «Can’t Rush Greatness» (Columbia, 2025) con algunos de sus famosos hits y colaboraciones. Juegos de pirotecnia, luces y humo trataron de adornar un descafeinado show de drill. Sí podemos rescatar un potente final con «Sprinter», «No Introduction» y «BAND4BAND».

Ahora sí, turno de Deftones en el escenario Vodafone. El metal se abrió paso en uno de los conciertos más multitudinarios del festival. Los de California derrocharon energía y contagiaron a todo el público a través de un potentísimo sonido de guitarras y batería, y una engrasada pero desgarradora voz de Chino Moreno. El estado de forma es envidiable y se dejó ver desde los primeros acordes: «Be Quiet and Drive (Far Away)» seguida de «My Own Summer (Shove It)» sirvieron en bandeja uno de los conciertos más épicos del festival. La producción tampoco se quedó atrás, con unos juegos de luces que potenciaron aún más la intensidad de una actuación que convirtió la ladera del Parque da Cidade en un mar de cabezas sacudidas al unísono. Temas como «Rosemary», «Change (In the House of Flies)», «Genesis», «Minerva» y «7 Words» pusieron patas arriba el festival y dejaron claro cuál era el merecido cabeza de cartel del día: Deftones.

Rematamos la jornada de la mano de Fcukers en el escenario contiguo, el Super Bock. Los de Nueva York montaron toda una fiesta de house alternativo que puso a bailar a todos los asistentes hasta las tres de la mañana. Electrizantes sobre el escenario, Shannon Wise y Jackson Walker no dejaron de moverse de un lado a otro y animaron al público a base de temas tan pegadizos como «Homie Don’t Shake», «Mothers» o «Bon Bon». Un cierre de lujo.

Sábado, 14 de junio
El cierre definitivo lo pusieron Capitão Fausto en el escenario Revolut y, posteriormente, Floating Points en directo en el escenario Vodafone. Por nuestra parte, nos despedimos del recinto con el inmejorable sabor de boca que nos dejó Turnstile.
La duodécima edición del Primavera Sound Porto dejó claro que este festival cada vez tiene una identidad propia más marcada, un ambiente único y unas comodidades que lo diferencian de su hermano mayor de Barcelona. Si nada lo impide, aquí estaremos de vuelta en 2026.
