Parte I – Parte II
Entre los pasados días 10 y 15 de agosto tuvo lugar el Sziget Festival 2023. Aquí os contamos nuestra experiencia en el macrofestival de la isla de la libertad.
Sziget Festival 2023
Jueves, 10 de agosto
Este año, por primera vez desde que vamos al Sziget, optamos por alojarnos fuera del festival, en un pequeño apartamento en Budapest. Tras cuatro paradas de tranvía, nos plantamos a las puertas del Sziget 2023, que volvía a lucir algunas de sus famosas y coloridas decoraciones que tanto se echaron en falta el año pasado.
Musicalmente hablando, arrancamos nuestra aventura en la isla de la libertad con Dumbo Gets Mad. En uno de los escenarios más pequeños del festival, el Light Stage de madera, nos rendimos al pop psicodélico de la mítica banda de Luca Bergomi. Tras unos problemas técnicos, arrancaron con la pegadiza «Electric Prawn», con la que el público se fue acercando al escenario. Canciones como «Indian Food» o «Plumy Tale» cumplen ya más de una década desde su lanzamiento, pero sonaron tan frescas como el primer día. Vaya forma de empezar la semana, dejando claro un aspecto clave del Sziget, y es que éste no se define solo por sus principales escenarios, y siempre merece la pena perderse por la isla; apenas eran las 5 de la tarde y ya habíamos presenciado un momento memorable.
Por supuesto, el escenario principal siempre arrastra, y en esta ocasión lo hizo de la mano de Foals. Presentando su más reciente LP, «Life Is Yours», del año pasado, la banda de Oxford hizo las delicias de los sziudadanos durante unos escasos 60 minutos. Transmitieron pura energía con un sinfín de éxitos, desde «My Number» hasta una intensa interpretación de «What Went Down» entre el público, pasando por temas como «Mountain At My Gates», «In Degrees» o «Inhaler». Los pogos se sucedieron y no hubo tregua ni con los cortes rescatados del nuevo álbum —«Wake Me Up» y «2001»—, recibidos como si se tratasen de grandes clásicos. Como de costumbre, un concierto brutal por parte de Yannis Philippakis y los suyos, que nunca fallan.
Un poco más tarde, en este mismo escenario, llegó el turno de Sam Fender. El artista británico aprovechó su hora y cuarto para desgranar su corta pero aclamada discografía, presentando un setlist en el que el principal protagonista fue el álbum «Seventeen Going Under». A lo largo de la actuación, temas como «Will We Talk?», «Getting Started» o «Spit of You» fueron solo algunas de las muestras que nos regaló de su grandilocuente rock. La traca final llegó con el tema que da nombre a su segundo álbum, «Seventeen Going Under», y «Hypersonic Missiles».
De nuevo en el Main Stage, llegaba el momento más esperado del día con el primer cabeza de cartel del año: Florence + The Machine. La banda liderada por Florence Welch nos presentó su nuevo álbum, «Dance Fever», en una de las que fueron sus últimas fechas del tour, especialmente teniendo en cuenta sus posteriores cancelaciones por enfermedad. Las coronas de flores se volvieron omnipresentes y nos sumergimos en su místico cuento a través de «Heaven Is Here» y «King». La londinense no dejó de moverse de un lado a otro del escenario, saltando, bailando y entonando algunos de sus hits atemporales, como esa poderosa «Ship to Wreck» que cantó llena de rabia. Después de esto, y totalmente entregada a su público, descendió del escenario para seguir corriendo de un lado a otro de la pasarela en un gran baño de masas, cantando temas como «Dream Girl Evil» junto a sus fans. También pudimos disfrutar de unas animadísimas «You’ve Got The Love», «Kiss With a Fist» o «Dog Days Are Over». Para el bis final, Florence Welch y los suyos se guardaron «Shake It Out» y «Rabbit Heart (Raise It Up)», en la que pidieron al público que se subiera en hombros, marchándonos así con una estampa de lo más jovial.
No había tiempo que perder, paso ligero para llegar al dropYard a tiempo para la actuación de ayrtn. Lamentablemene, un problema de retrasos de vuelos provocó la cancelación del concierto del rapero londinense. En su lugar, DJ GYöReMiX! adelantó su set y tomó las riendas del escenario dedicado al Hip-Hop, que cobra especial importancia este año al celebrar el 50 aniversario de la escena. Grandes clásicos, desde Wu-Tang Clan hasta Ben E. King, sirvieron de banda sonora para una improvisada exhibición de break dance que nos dejó boquiabiertos.
Pusimos fin a la primera jornada con la actuación de Bonobo en la gran carpa del Sziget, el FreeDome. Simon Green, acompañado de su banda y, en algunas canciones, de la vocalista Nicole Miglis, nos metió de lleno en su mundo a través de impactantes visuales y un sonido impecable. Un potente arranque con «Polyghost» y «Rosewood» ya atrapó a todos los presentes hasta el final del concierto. Otros grandes momentos los protagonizaron temas como «Cirrus» o unas coreadas «No Reason» y «Break Apart», que resonaron con fuerza en la carpa. Acabando con «Kerala», ya no nos quedaban dudas de que habíamos presenciado toda una clase maestra por parte del músico británico de cómo llevar la música electrónica al directo.
Viernes, 11 de agosto
El Sziget Festival cada vez está más entrelazado con la ciudad de Budapest y, como parte de este programa de City Takeover, este día acudimos a la Castle Party en el mismísimo bastión de los pescadores, con las sesiones de Peter Makto, Matador y Chriss Ronson. Poco a poco se fue animando el ambiente y, con la compañía de unas espectaculares vistas de la ciudad, nos sirvió como perfecto calentamiento para nuestra llegada a la isla más tarde.
Llegamos justo a tiempo para el concierto de Lucie Antunes en el FreeDome. La compositora francesa, batería de la banda Moodoïd, trajo su experimental música de baile a Hungría por primera vez. Sonidos de campanas, de timbres y un largo etcétera sirvieron como base de adictivos temas que pusieron en danza a todo el público de la carpa. Un concierto muy agradable y entretenido, todo un acierto para arrancar el día.
Nos movimos al Main Stage para presenciar el show de Yungblud. Hace tan solo dos ediciones, en 2019, el inglés actuó en la carpa del FreeDome, pero en esta ocasión tuvo la oportunidad de hacer lo propio en el escenario principal del festival. Su pop punk comercial no nos termina de convencer, pero debemos admitir que nos regaló un buen espectáculo. Salvaje, caótico y gesticulando constantemente, animó al público a suceder los pogos con temas como «fleabag» o «Medication». También hubo un momento de calma con «Sweet Heroine», que arrancó al piano y con la que provocó una bella marea de flashes ondeando en el atardecer de Budapest.
De vuelta en el FreeDome, llegó la esperadísima actuación de Loyle Carner. La honestidad del londinense nos atrapó por completo desde su primer tema, «Hate». Es más que palpable que los versos que rapea corren por sus venas, y lo hace con una agudeza asombrosa. Acompañado de cuatro músicos más, Coyle-Larner compartió sus sentimientos más personales, presentes en sus tres aclamados discos de estudio. Por si todo esto no fuera suficientemente cautivador, una farola a modo decorativo añadía dramatismo por momentos, como en ese desgarrador verso de «Polyfilla» que nos regaló. Un concierto muy emocionante ante una entregadísima carpa, que vibró con las palabras de Loyle Carner, desde la dedicatoria a Tom Misch con «Angel», hasta la dedicatoria a su hijo con «Homerton». Simplemente brutal, el hip-hop británico está de celebración con este hombre. Con permiso de Ben Böhmer, éste fue nuestro cabeza de cartel del día.
En el escenario principal, el mayor atractivo de masas del día y una de las actuaciones más esperadas de todo el festival se materializaba con los estadounidenses Imagine Dragons saltando al escenario. Mares y mares de confetti, cañones de humo y demás artificios decoraron un gran espectáculo con un potente mensaje de amor y salud mental. «My Life» abrió y cerró el círculo de su actuación de pop rock, una actuación plagada de repetitivas letras y canciones que, lamentablemente, se sienten plagios de si mismos. Si debemos rescatar algún momento, «Demons» nos recordó aquel rumbo que pudo haber tomado la banda de Dan Reynolds.
Si el día anterior ya habíamos disfrutado de una mágica actuación de electrónica con Bonobo, en esta segunda jornada el live de Ben Böhmer fue completamente apoteósico. Los pelos de punta desde el primer momento, con una «Beyond Beliefs» que sonó a la primera de cambio. Como ya de costumbre en el FreeDome con este tipo de actuaciones, increíbles visuales y un sonido de lujo. «Weightless» terminó de conquistarnos a mitad de concierto y, finalmente, «Breathing» y «Father Ocean» se llevaron la palma con sonoros coreos que nos dieron esa inigualable sensación de comunión entre público y artista. Una merecidísima ovación despidió al alemán por todo lo alto.
Bajo esta misma escena recibimos el set de Jamie xx. Un arranque con «I Know There’s Gonna Be (Good Times)» despertó al más cansado de los presentes. La selección es exquisita y Jamie mezcla los temas de forma muy elegante, siendo capaz de mantener una atmósfera emocionante durante todo el set, pero nos habría gustado escuchar más de su propio material. Eso sí, los momentos de «KILL DEM», «Idontknow» y, ya al final de todo, «Gosh» fueron brutales.
Sábado, 12 de agosto
El tercer día del festival madrugamos para no perdernos el prestigioso directo de Jazzbois. La banda húngara no tuvo reparos en comerse el FreeDome, inundando toda la carpa de sonido. Fieles a su nombre, nos ofrecieron una gran muestra de su particular jazz, que no tiene ningún miedo a beber de otros géneros como el hip-hop o el rock psicodélico, y pudimos disfrutar de una estupenda hora de improvisaciones perfectamente engranadas.
Más tarde, en el Main Stage, apareció en escena Mimi Webb. Un emplazamiento un tanto atrevido, teniendo en cuenta que su álbum debut, «Amelia», fue publicado hace tan solo unos meses. De cualquier manera, la cantautora británica trajo su brillante pop al escenario principal de la isla de la libertad y, entre muchos temas un tanto genéricos, pudimos disfrutar de algunos cortes más agradables como son «Ghost of You» o «Red Flags». Aunque su primer LP es muy reciente, Amelia se viralizó hace unos años en TikTok con los dos temas que dejó para el final de su actuación: «Good Without» y «House on Fire», tímidamente coreados por un público mayoritariamente inglés.
Volvimos a la carpa del FreeDome para presenciar en directo una propuesta totalmente diferente, la de TV Girl. El etéreo e hipnótico indie pop de la banda de San Diego logró conquistar a todos los presentes, especialmente con los temas de su primer álbum, «French Exit», que cumple ya casi una década. Necesitábamos un descanso tras un celebradísimo comienzo con «Pantyhose», «Hate Yourself», «Louise» y «Cigarettes Out the Window», así que optamos por sentarnos en un lateral de la carpa para ver el resto de la actuación. Desde allí, pudimos observar a un público totalmente embelesado con el sonido del grupo estadounidense, que remató el concierto con temas como «Not Allowed», «Blue Hair» o «Lovers Rock».
Volvimos al escenario principal para uno de los conciertos que más pasión levantó en toda la semana: Niall Horan. Una quinta parte de One Direction estaba presente y se notaba en el ambiente. Purpurina, carteles con dedicatorias de amor y mares de lágrimas recibieron al irlandés, que se mostró muy agradecido en todo momento. «Nice To Meet Ya» abrió su show de forma potente, dando paso posteriormente a algunas de sus más famosas baladas, como «Heaven», «On A Night Like Tonight», «Everything Goes Back to You» y «The Show». El momento más emotivo de la actuación llegó con una sentida «Story of My Life», haciendo las delicias de los fans de su antigua banda. También merece mención especial la puesta en escena, con un colorido montaje y Niall luciendo un conjunto acorde al mismo, en perfecta armonía con un precioso atardecer en la isla de Óbuda.
Del Main Stage dedicado a Dan Panaitescu saltamos al Europe Stage, donde nos esperaba M. Byrd. El artista alemán nos presentó su recentísimo álbum debut, «The Seed», en un Europe Stage cada vez más alejado de los escenarios principales. Su distorsionado indie pop, con tintes de psicodelia y de rock más clásico, resultó perfecto para continuar el día. Entre las primeras filas y las cómodas hamacas disponibles en este escenario, disfrutamos de un concierto de lo más agradable, con temas como «You Know Me Best», «Over You / Over Me», «Gunslinger» o «Mountain».
En todas las ediciones del Sziget suele haber un headliner DJ, en este caso, el escogido fue el famosísimo David Guetta. Puede que fuese muy pronto para repetir —ya estuvo en 2016—, pero a la mayoría del público no le importó demasiado y vibró a ritmo de los innegables hits del francés. Láseres y fuego acompañaron una sesión que, después de un inicio a ritmo de «I’m Good (Blue)», nos llevó de vuelta a los 2000s con temas como «Baby Don’t Hurt Me», «Sexy Bitch» o «Memories». Pasado un entretenido rato, decidimos volver al FreeDome.
Y es que justo antes de ir a David Guetta habíamos pasado por allí, por el FreeDome, donde actuaban Jungle By Night. Conocederos de la fiesta de funk y jazz que tenían montanda en la carpa, decidimos volver allí para ver el final. La banda neerlandesa demostró lo que se puede conseguir cuando tu actuación se solapa con la de un cabeza de cartel. Una absoluta conexión con un entregadísimo público, al que correspondieron con muchísima energía. Toda la carpa despidió a la banda en volandas, con una incansable petición de bis.
En Sziget hay mucho más que música, y un ejemplo de ello es el Cirque du Sziget. Llegamos a tiempo para ver Solar Prizma, un show de 15 minutos de Anima Prizma & Solar Eclipse. Este espectáculo, que tuvo lugar en el escenario exterior, nos hipnotizó por completo con arriesgados juegos malabares con grandes llamas de fuego, chispas e incluso una falda ardiente. Justo al finalizar, pasamos al interior de la carpa circense para presenciar Humans 2.0, un show del colectivo austaliano Circa. Una hora de movimientos perfectamente sincronizados, impresionantes torres humanas que desafían toda lógica, y minimalistas pero increíbles acrobacias.
A toda prisa, nos dirigimos de nuevo al FreeDome para nuestra cita diaria con la electrónica en directo. En esta ocasión de la mano de Moderat. Una cita muy especial, ya que el trío alemán volvió a la carga el año pasado con el álbum «MORE D4TA», 5 años después de anunciar un descanso indefinido. De este último LP rescataron «NEON RATS», «MORE LOVE» y «FAST LAND», que fueron muy bien recibidas. Construcciones atmosféricas con explosiones sonoras que, unidas a implacables juegos entre luz y oscuridad y proyecciones minimalistas, pusieron patas arriba la carpa entera. Temas de sus anteriores discos, como «A New Error», «Reminder» o una «Bad Kingdom» que sirvió de cierre, resonaron más fuerte que nunca en nuestro amado FreeDome.
El día lo cerramos a ritmo del DJ set de Kelly Lee Owens, que enganchó a todos los presentes arrancando con «Rumble» (Skrillex, Fred Again.. y Flowdan). También pudimos disfrutar de temas como «Pree Me», de Roska, o «You Deserve Beauty and Spa Juice», de n_o. Todo un lujo escuchar esto bajo los controles de la de Gales, ojalá la veamos de vuelta pronto en formato live.
Llegamos al ecuador del Sziget Festival 2023, con una edición que ha logrado recuperar esa esencia pre-covid que lo hacía un lugar tan especial. ¡Pronto la segunda parte de la crónica!
Parte I – Parte II
gran festival, lo recomiendo a todo el mundo