Sziget 2017
Del 9 al 16 de agosto, la isla de Obuda, en el centro de Budapest, se convirtió en el hogar para los 452.000 sziudadanos de más de 100 países distintos que acudieron a su cita festivalera. En la edición pasada, el Sziget batió récords por todo lo alto, consiguiendo sold-out en casi todos los días de la semana. Este año, con un cartel un tanto desafortunado (reconocido hasta por la propia organización), se ha logrado igualmente una asistencia bastante buena, pues la gente no duda en pisar la isla de la libertad que alberga mucho más que una lista de artistas en diferentes escenarios: no es «otro del montón».
Circo, teatro, clases de yoga y defensa personal, zona de deportes, playa, cine mudo con música en directo, juegos de mesa, música de todo el mundo, infinitos estilos musicales para todos los gustos y mucho más es lo que esconde el Sziget.
Miércoles, 9 de agosto
Nuestro inicio musical fue en el escenario Petőfi, dedicado a grupos húngaros, allí pudimos ver Jónás Vera Experiment, finalistas del concurso Nagy-Szín-Pad 2017, al mismo tiempo que descansamos en unas tumbonas y puffs que había repartidos por la zona. La carismática Vera Jónás, tras presentar algunas de las canciones de su último álbum «Tiger, Now!», publicado en 2016, nos sorprendió con una versión de «Michelle» de los Beatles en la que hizo todos los sonidos con su boca.
Luego pusimos rumbo al Europe Stage, pues actuaba Lola Marsh. La banda israelí de indie-pop comenzó un poco tarde, pues les tomó bastante tiempo ajustar sus instrumentos y el sonido. Pudimos disfrutar de grandes temas como «You’re Mine» o «Sirens» de su álbum «Remember Roses» de 2017, y tampoco faltó su anterior tema «Days To Come». La dulce y melódica voz, recordando a Lana del Rey, de la líder del grupo (Yael Shoshana), acompañada de un gran sonido de guitarras, bajo y batería, consiguió conquistar a todo el público.
Nos dirigimos al Main Stage para recibir a Billy Talent, un cambio total de género musical respecto a lo anterior visto, pero así es el Sziget: variedad, variedad y más variedad. Los canadienses tienen experiencia de sobra sobre un escenario y el público lo sabe. Hit tras hit, pogo tras pogo, el terreno de la isla de Budapest no hacía más que temblar. Abriendo con «Devil In A Midnight Mass», seguido de «This Suffering», incluyendo «Surrender», «Saint Veronica», «Red Flag» y finalizando con «Fallen Leaves» y «Viking Death March», el público saltó y bailó hasta quedarse sin aire. Benjamin Kowalewicz, cantante del grupo, no paraba de interactuar con el público diciendo «When I say Buda, you say Pest, Buda…» y el público enloquecía gritando «Pest!», algo que en la recta final de su actuación ya empezaba a resultar un poco pesado. También bromeó y preguntó a los de las primeras filas si estaban esperando por P!nk, ya que veía que le miraban con «asco». Nosotros salimos de allí con una sonrisa en la cara y con ganas de más.
El cabeza de cartel del día -1 del Sziget fue P!nk, que consiguió que la isla se llenara casi en su máxima capacidad. Sus temas, conocidos por todo el mundo, más allá de los gustos musicales de uno mismo, consiguieron que todos los presentes en el Main Stage cantásemos al unísono sus mayores hits. Abriendo con «Get the Party Started» e incluyendo temas como «Just Like A Pill», «Try», «Just Give Me A Reason» o «F**kn’ Perfect» ya lo tenía todo hecho y tenía al público a sus pies. Unas covers y canciones en acústico para relajar el ambiente y el punto y final con «So What» por todo lo alto, literalmente, pues estaba enganchada a un arnés por encima del público de la isla. Alecia Beth consiguió realizar una de las mejores actuaciones de la semana, y aún estábamos en el primer día.
Para finalizar esta primera jornada de una larga semana de música, fuimos al Europe Stage a seguir la fiesta con Alma, que vino acompañada de su hermana gemela Anna-Livia para los coros. La cantante de pop finlandesa acaba de publicar su single «Chasing Highs» y, junto a otros temas como «Dye My Hair» o «Karma», su primer single, consiguió mantener a todos los allí presentes bailando y disfrutando de su música.
Jueves, 10 de agosto
Día 0 del Sziget y el escenario A38 abría sus puertas. Watsky fue el encargado de poner los primeros acordes sobre él. El artista de hip-hop americano, a pesar del calor que hacía dentro de la carpa, consiguió reunir a un numeroso público. Era su primera vez en Hungría y su primer tema interpretado fue «Moral of the Story», e incluyó temas como «Brave New World» —introducido con un discurso sobre el mundo extraño en el que vivimos y sobre la «gran mierda» que es Donald Trump—, «Ugly Faces», «Don’t Be Nice», «Tiny Glowing Screens», y finalizó con «Whoa Whoa Whoa», pudiendo ver mucha energía durante su actuación. Watsky se dio a conocer en 2006 tras convertirse en el campeón más joven de Grand Slam Poetry, y sus canciones destacan por su velocidad al rapear, algo que dará que hablar durante mucho tiempo.
Abandonamos la carpa para quedarnos en el Main Stage lo que quedaba de día. Tom Odell, junto a su piano, puso un suave y tranquilo ritmo a la isla. Su famosa balada «Another Love» consiguió que el público se acercara más al escenario y cantaran por todo lo alto. El resto de concierto fue tranquilo y con un público más en silencio.
De la tranquilidad pasamos a las guitarras de la mano de Biffy Clyro, que reunió al público más atrevido y al que tenía más energía. «Wolves of Winter» dio el pistoletazo de salida, y «Sounds Like Ballons», «Biblical», «Bubbles» y «Black Chandelier» arroparon los pogos que no cesaban ni en las canciones más tranquilas, pues el público lo transformaba en una pista para bailar vals o se sentaba y «remaba», como ocurrió en «Re-Arrange». Nos emocionaron «Different People» y «Many of Horror», incluyeron «Animal Style» de su último álbum y cerraron con «Stingin’ Belle». No nos extrañaría ver próximamente a los escoceses liderando algún festival grande.
El cabeza de la segunda jornada fue Wiz Khalifa y para nosotros no fue una opción de rap muy acertada. El americano, con sus numerosas colaboraciones en canciones, realizó un espectáculo repleto de pregrabados, en el que simplemente rapeó y cantó sus partes. Incluyó hits conocidos como «23», «Molly» o «We Dem Boyz» y puso fin a su fiesta con «Young, Wild & Free», tema de Snoop Dog y Wiz Khalifa. Podemos decir que el artista americano cumplió su cometido: atraer a miles de personas para que se lo pasaran bien.
Viernes, 11 de agosto
A las dos de la tarde, abriendo el Europe Stage de la jornada del viernes, fuimos a ver a los ganadores de los Premios Viña de Madrid para tocar en el Sziget: Los Ramblings. La banda madrileña se estrenaba en terreno internacional, y lo hizo, sin ir más lejos, en uno de los festivales más grandes del planeta. El calor, y más a esas horas, fue un enemigo para Los Ramblings, ya que la mayor parte del público se encontraba tumbada en una sombra al fondo del escenario, pero eso no les frenó, Suso, cantante y guitarrista del grupo, se dirigió a ellos y les pidió que aplaudieran y así se hicieron notar. El Europe Stage acoge grupos que representan la música emergente y nuevos talentos de cada país para que todos los sziudadanos de europa hagan sus recomendaciones y Los Ramblings cumplieron regalándonos una buena mañana de música. Pudimos escuchar canciones como «Ugly», «I See The Evil» o la reciente «I <3 You Madrid», y pusieron punto y final a su actuación a ritmo de «Introspectation», con uno de los espectadores tocando la guitarra y con una gran satisfacción de haber logrado un sueño.
Tras un pequeño descanso, volvimos a la carga con Mando Diao en el Main Stage. La banda sueca nos ofreció un más que correcto concierto, en el que combinaron algunos clásicos como «Down in the Past», «Gloria», «Dance With Somebody» u «Ochrasy», ampliamente coreados, con una selección de temas de su reciente álbum «Good Times», que pasó más desapercibida. De este último disco destacaron las simples pero resultonas «Dancing All the Way to Hell» y «Good Times», además de una emotiva «Break Us», con la que recordaron el accidente que sufrieron al día siguiente de la última vez que estuvieron en el festival, en la edición de 2012.
Tras su paso por la isla en 2015, Rudimental repetía este año en el principal del Sziget ante un abundante público. La banda londinense de drum & bass montó una fiesta por todo lo alto y con mucha energía bailamos sus hits «Lay It All On Me», «Right Here», «Feel the Love» y «Waiting All Night» entre otros muchos.
A continuación, llegó el turno de PJ Harvey y su orquesta en el mismo escenario. Los pocos sziudadanos que nos quedamos en el Main Stage pudimos disfrutar de una actuación muy teatral, que además resultó ser de las más mejores de la semana, aunque un ambiente más íntimo probablemente habría mejorado mucho la percepción general. La polifacética artista inglesa nos deleitó con temas como «Chain of Keys», «Community of Hope» o «Let England Shake». Lamentablemente, tuvimos que dejar el concierto a medias para llegar al A38, donde nos esperaba Danny Brown, en el que fue uno de los solapes más dolorosos para nosotros.
El rapero americano Danny Brown nos ofreció una actuación cronológica, en la que comienza con tres canciones de su segundo álbum «XXX», mostrando un rap más callejero y desesperado; continúa con su siguiente álbum «Old», un álbum un poco más maduro y existencial con un toque electrónico; y finaliza con su último LP «Atrocity Exhibition», más oscuro que los anteriores. Un artista y actuación de sobresaliente.
Nos dirigimos al escenario principal de nuevo para presenciar la actuación del cabeza de cartel del día: Kasabian. La banda inglesa, tras tres apariciones anteriores en la isla, encabezaba por primera vez el festival, y aprovechó la ocasión para demostrar con creces estar a la altura: temas pegadizos del nuevo álbum «For Crying Out Loud», como «You’re in Love With a Psycho», «Bless This Acid House» o «Comeback Kid», y consolidados hits cantados por todo el público, como «Eez-Eh» —con un pequeño trozo de «Around The World» de Daft Punk—, «Underdog», «Club Foot», «L.S.F.» o «Fire», mantuvieron la fiesta durante todo el concierto e hicieron las delicias de los fans allí reunidos.
Acabamos nuestra jornada del viernes con la electrónica de DJ Shadow en el A38. Entramos en el viaje espacial del productor americano y, mediante unos visuales brutales y grandes temas como «The Mountain Will Fall», «Midnight In A Perfect World», «Six Days», «Nobody Speak» o «Building Steam With a Grain of Salt», ya nos mantuvo atrapados durante todo su set.
Aquí ponemos fin a la primera parte de nuestra experiencia en la Isla de la Libertad, ¡pronto más!
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