Los pasados días 16, 17, 18 y 19 de agosto tuvo lugar el festival Vodafone Paredes de Coura 2023. No pudimos acudir a la jornada inaugural, pero aquí os contamos cómo vivimos el resto de días de esta edición del festival portugués, que celebra ya sus 30 años de música.
Vodafone Paredes de Coura 2023
Jueves, 17 de agosto
Un día tarde, pero llegamos a tiempo para celebrar los «30 años de amor» del Paredes de Coura en el paraíso (couraíso) de la playa fluvial de Taboão. Es en este privilegiado entorno donde, a pesar de una notable baja de asistencia con respecto a la última edición, la sensación de comunidad se mantiene inquebrantable año tras año entre los asistentes al festival.
Son solo dos escenarios dentro del festival: el Vodafone, que es el principal y está ubicado en la parte baja de una gran colina; y el Yorn, que es semicubierto y está en un lateral de la parte alta. Es en este último donde empezamos nuestra aventura en el Paredes de Coura 2023, de la mano de Avalon Emerson & The Charm. Junto a su mujer, Hunter Lombard, y su amigo Keivon Hobeheidar, el nuevo proyecto de Avalon Emerson nos desvela su lado más suave, un dream-pop alejado de la mesa de mezclas y con micrófono en mano. Pudimos disfrutar del álbum al completo, desde «Entombed in Ice» hasta «Astrology Poisoning», pasando por temas como «Sandrail Silhouette» o «Karaoke Song», en una preciosa actuación que marca el inicio de su pequeño tour por festivales en Europa.
De una de las propuestas más frescas pasamos a una mítica banda de culto: The Brian Jonestown Massacre. La amplia banda de Anton Newcombe se comió el escenario principal a base de rock and roll y garage. Sin miramientos, los estadounidenses ocuparon gran parte de su actuación con sus más recientes lanzamientos, «Fire Doesn’t Grow on Trees» (2022) y «The Future Is Your Past» (2023). También viajamos a los 90 —a sus orígenes— hacia el final de la actuación, con una celebrada «Anemone» y «Servo».
Escalamos la colina de vuelta para ir al escenario Yorn, donde nos esperaba la actuación de Sudan Archives. La cantante estadounidense, acompañada de su violín y de un bajista/teclista, desató un aire de misticidad en Coura que hechizó a todos los presentes. Brittney Parks nos contagió enseguida su inagotable energía y nos puso a vibrar a ritmo de «Milk Me» y «Nont For Sale». Ya con los pelos de punta, el ambiente medieval y la electrónica y R&B se siguieron entrelazando con «Home Maker» y «Freakalizer», cuando aprovechó para ofrecer un ramo de flores al público. Hubo sitio para pogos, bailes irlandeses y, sobretodo, una complicidad y un magnetismo únicos. Por si fuera poco, la fiesta continuó con «Selfish Soul» y «NBPQ (Topless)», además de una «Homesick (Gorgeous & Arrogant)» que, por si había alguna duda, dejó claro el gran poderío que tiene en su voz. Sin duda, uno de los conciertos del día.
El escenario principal se vistió de gala para recibir a los elegantes The Walkmen. El rabioso indie rock de los de Nueva York se abrió paso en la naturaleza e inundó de nostalgia todo el paraje de la playa fluvial de Taboão. Parece mentira que haya pasado toda una década desde sus últimos conciertos, y es que Hamilton Leithauser y los suyos siguen en plena forma. Un correctísimo directo en el que no faltaron grandes momentos, desde el magnífico reencuentro con «The Rat» y «We’ve Been Had» hasta la historia detrás del nombre del álbum «Lisbon». En palabras de Hamilton, cuando la banda estaba un momento muy complicado, se sintieron tan bien recibidos en su concierto en Lisboa que ahí decidieron el título de su siguiente disco. Muy buena entrega por parte de los de Harlem, a los que esperamos seguir viendo sobre los escenarios.
De vuelta en el escenario pequeño llegó el turno de Desire, el dúo formado por la cantante Megan Louise y el productor y multinstrumentalista Johnny Jewel. La propuesta nos recuerda mucho a Chromatics, no solo en la música sino también en algunos aspectos de la estética, y no es una coincidencia: Johnny Jewel formaba parte de la banda y es el fundador del sello Italians Do It Better. El año pasado, trece años después de su debut con «Desire», publicaron su segundo largo, «Escape», del que pudimos escuchar temas como «Black Latex» o «Liquid Dreams». También hubo tiempo para presentar alguna canción nueva, como una «Stay» muy fiestera; para ofrecernos una preciosa cover de «Bizarre Love Triangle» de New Order; y, por supuesto, para corear su famosísimo hit, «Under Your Spell».
Justo a medianoche, apareció sobre el escenario principal Loyle Carner. El londinense, que aprovechó todo el día para disfrutar del festival, no se cansó de repetir lo bonito que era el lugar y lo especial que estaba siendo el concierto; confesó haberse bañado en el río, bromeó sobre lo fría que estaba el agua y nos abrió su corazón por completo. Acompañado de bajista, guitarrista, batería y tecladista, Coyle-Larner encandiló a todo el público a base de honestidad y emoción, desde «Hate» hasta «Ottolenghi», pasando en la primera mitad por temas como «Plastic», una «Angel» dedicada a Tom Misch o «Damselfly». Recordó a su hijo con «Homerton», cuando volvió a repetir lo especial que es el lugar y lo maravillado que estaba con el público, y al final del tema encajó un estupendo freestyle. Continuó con una arrolladora «Nobody Knows», tras la que llegó su canción favorita, «Still», que según nos contó es la que más miedo le dio publicar por culpa de la masculinidad tóxica. Ya hacia el final, nos encontramos con «Loose Ends», «Ice Water», «Ain’t Nothing Changed» y una atronadora «Speed of Plight». Después de esa «Ottolenghi» que cerraba el concierto, pidiendo disculpas por si se pasaba de su tiempo pero afirmando que es algo que le gusta hacer cuando el momento es especial, nos dejó recitando un sentido poema. Un concierto realmente increíble, con una desbordante complicidad y las emociones a flor de piel.
Aunque nos habría encantado ver a Fever Ray, estábamos agotados, así que aquí pusimos fin a nuestro primer día en Coura.
Viernes, 18 de agosto
Las primeras gotas del día llegaron con el concierto de KOKOROKO. El colectivo londinense nos ofreció su apasionado jazz y afrobeat, con el que pusieron a bailar a los más valientes que se congregaban bajo la lluvia en el escenario principal. Nos presentaron su álbum «Could We Be More» (2022) y también rescataron algunos cortes anteriores, aprovechando para recordar y celebrar a sus antiguos integrantes.
En uno de los pocos resguardos de la lluvia, el escenario semiabierto Yorn, llegó el turno de una de las bandas portuguesas más prometedoras del momento: Expresso Transatlántico. Llegamos a ciegas y nos encontramos con una animadísima fiesta instrumental. La batería, la guitarra eléctrica y, en especial, la guitarra portuguesa se entrelazan en vertiginosas construcciones sonoras, ante un entregadísimo público que celebraba cada nota. Nos ofrecieron un gran concierto, en el que confesaron que era una ocasión muy especial ya que estaban actuando en su festival favorito.
La tarde instrumental continuó de la mano de DOMi & JD Beck. La pianista francesa Domi y el batería estadounidense JD Beck unen fuerzas para ofrecer una mágica actuación de jazz, por primera vez en Portugal. Aunque tienen grandes colaboraciones, como con Ariana Grande, Bruno Mars o Anderson .Paak, aún están acostumbrándose a los grandes escenarios, como confesaron al comentar que jamás habían pensado que compartirían escenario con una de las estrellas del día, Yung Lean. Enfrentados entre sí, con Domi sentada en un váter y manejando tres teclados —uno de ellos con los pies—, y JD Beck golpeando enérgicamente sus baquetas, nos regalaron grandes momentos, como una genial versión de «Film» (Aphex Twin) y temas propios como «SMiLE» o «SNiFF».
De nuevo pudimos cubrirnos de la lluvia en el segundo escenario, donde nos esperaba Thus Love. El trío estadounidense, tras reconocer la dura tarea que supone seguir tras la actuación que acababan de ofrecer DOMi & JD Beck, procedió a presentarnos su álbum debut, «Memorial». El post-punk de Thus Love revolucionó el ambiente del día con sus afiladas letras y su encomiable actitud y energía. Buena muestra de esto fue «Inamorato», su primer single, con un explosivo final.
Tras muchos intentos fallidos con muchas cancelaciones de último momento, por fin pudimos presenciar una actuación de Yung Lean. La lluvia era cada vez más intensa, pero la ocasión merecía la pena. Y es que este año se cumple una década del lanzamiento de «Lavender», su primer EP, que marcó un antes y un después dentro del rap, concretamente en el cloud rap. Tras una densa cortina de humo y al grito de «sad boys forever», el rapero sueco apareció en escena con «Hoover» y puso a saltar a sus emocionadísimos fans con «Afghanistan». Ya no importaba la lluvia, Yung Lean había llegado a Coura, y no sin complicaciones: según explicó, sufrió un accidente de coche junto a su tour manager en el trayecto desde el aeropuerto. En su primera vez actuando en Portugal, se comió el escenario él solo y levantó el ánimo de un público pasado por agua, a ritmo de temas como «Diamonds», que aprovechó para mandar un saludo a Thaiboy Digital; «Pikachu»; «Bliss»; «Red Bottom Sky», que confesó que es una de sus favoritas y que le recuerda a Portugal; esa «Gingseng Strip 2002» que lo volvió un fenómeno viral; o una «Miami Ultras» que sirvió como cierre de un apasionado concierto.
Buscamos cobijo para cenar y descansar un rato antes de que llegase el turno de black midi. Te guste más o menos la propuesta de los británicos, el concierto pasará a la historia del festival por la epicidad del mismo. Su caótico rock experimental desató uno de los mayores diluvios que se recuerdan en Coura, ante un público que, movido a partes iguales por la desesperación y por su pasión por la música, no dejó de vibrar y sucedió pogos uno detrás de otro hasta el final del show.
Y si hablamos de conciertos memorables, el de Little Simz se llevó la palma. La rapera británica arrancó el concierto con dos cortes de su álbum más reciente, «NO THANK YOU»: «Silhouette» y «No Merci». Dramáticos juegos de luces, una implacable precisión en las letras y una encomiable entrega fueron más que suficientes para convencer al público para aguantar bajo la incansable lluvia. Tras un retorno a su aclamadísimo «Sometimes I Might Be Introvert» de la mano de «Two Worlds Apart» y «I Love You, I Hate You», volvió a su último álbum con una potente «X» y una «Heart on Fire» que rapeó entre el público. Las revoluciones siguieron subiendo con una frenética estrofa de «might bang, might not», que se fundió con «101 FM». La energía de Simbi no dio tregua en toda la actuación, el escenario se tiñó de verde para una potentísima «Venom» antes de dar paso a sus músicos. Como una apisonadora, con una intensidad increíble, llegaron «Introvert» y una «Gorilla» que nos puso los pelos de punta. Pero esto no era todo, la lluvia se intensificaba aún más y «Point and Kill» nos puso a cantar, en «Fear No Man» demostró su habilidad con la guitarra, «Selfish» nos transportó de vuelta a su «GREY Area» y, finalmente, por si no había sido suficiente, «Woman» puso el broche de oro a una actuación de 10. Tras una hora de concierto, y aunque echamos en falta muchas canciones, Little Simz nos volvió a dejar claro que es la mejor en la escena.
Totalmente empapados pero muy felices, decidimos que no era el día indicado para acudir al After Hours del Paredes de Coura y nos fuimos a descansar para la última jornada.
Sábado, 19 de agosto
Último día del festival y ya se notaba la cercanía del «Solar Power» que Lorde traería esta misma noche, tanto por la afluencia de público como por la calma —por momentos— tras la tempestad de la jornada anterior.
Nuestra primera parada en el escenario principal vino de la mano de Sleaford Mods. El dúo inglés, que ya había actuado aquí en 2016, trajo de nuevo su rap/post-punk con letras combativas, en esta ocasión con un nuevo álbum bajo el brazo: «UK Grim». Mientras Andrew Fearn nos hipnotizaba con sus movimientos de aeróbic, que solo paraba para lanzar las bases de las canciones, Jason Williamson hacía lo propio vociferando sus desafiantes versos. Desde el tema que da nombre a este último álbum hasta «Tweet Tweet Tweet», pasando por temas como «Force 10 From Navarroe» o «Tied Up In Nottz», los de Nottingham nos contagiaron de toda su rabia en Paredes de Coura.
Continuamos nuestra aventura en el palco Yorn con Crack Cloud. La rabia que había encendido hacía escasos momentos Sleaford Mods siguió su curso con el post-punk de la banda canadiense. El colectivo, liderado por el batería Zach Choy, no dejó de desprender energía durante toda la actuación.
De vuelta en el anfiteatro natural que ocupa el escenario Vodafone, momento de Explosions in the Sky. No hicieron falta muchas palabras para enamorar a un festival que no deja de demostrar su amor por el post-rock. En el que fue su primer concierto en Europa tras la pandemia, la banda de Texas celebró los 20 años de «The Earth Is Not a Cold Dead Place», que tocó en su totalidad, y nos trajo de regalo «The Birth and Death of the Day» y «Greet Death». Una actuación preciosa y dramática, que nos atrapó por completo y que quedará para la posteridad.
Subimos al escenario Yorn para la actuación de Les Savy Fav. Si Sleaford Mods habían contagiado toda su rabia y Crack Cloud su energía, el indie post-punk de Les Savy Fav llegó para romperlo todo. Tim Harrington se pasó la mayor parte del concierto cantando entre el público, llegando hasta la torre de sonido, incluso se metió dentro de una de las barras del festival. Incansable con toda esa energía destructiva, cogió una valla para usarla a modo de escalera para subir de vuelta al escenario. Además de todo esto, por si fuera poco, la gran pantalla de fondo mostraba una reunión de Zoom a la que podía unirse todo el público. La banda estadounidense se lo dejó todo y la fiesta estuvo servida.
En el anfiteatro natural llegó el turno de uno de los cabezas de cartel del día: Wilco. La mítica banda estadounidense de rock y country, con tan solo un año menos de historia que el propio festival, tuvo la dura tarea de animar a un público que, en buena medida, esperaba impacientemente por el concierto de Lorde. A pesar de tener un nuevo álbum del año pasado, «Cruel Country», Jeff Tweedy y los suyos optaron por hacer un repaso más amplio de su discografía. Una hora y cuarto en la que nos encontramos con temas como «Handshake Drugs» o «I Am Trying to Break Your Heart», pero que llegó a su culmen hacia el final. Una detrás de otra, «Jesus, Etc.» e «Impossible Germany» hicieron las delicias de todos los presentes. Poco después llegó el cierre con «A Shot in the Arm», emocionando a los fans que copaban las primeras filas.
Finalmente, tras unos 40 minutos de espera sin música en todo el festival, llegó uno de los momentos más esperados de esta edición: Lorde. La neozelandesa, con un concierto enmarcado como el último de un pequeñísimo tour de apenas seis fechas en toda Europa, nos regaló 80 minutos de pura emoción. Era la una de la madrugada, y Lorde bromeó sobre la hora a la que nos levantábamos para seguir aún en pie, ganándose así a un público que ya tenía en el bolsillo desde el minuto uno. Acompañada de dos músicos ocultos tras las cortinas y haciendo gala de una complicidad pasmosa, Lorde habló maravillas de Portugal y del público portugués, nos abrió su corazón compartiendo sus sentimientos desde su primera vez en el país, siendo aún menor de edad, hasta su último y complicado año, y nos ofreció un exquisito repertorio.
Los temas «Royals» y «Solar Power» arrancaron el concierto sin miedo a transportarnos entre pasado y presente, perfectamente engranados, para continuar con las fiestas de «Magnets» y «Tennis Court». En «400 Lux» aprovechó para bajar a cantar con sus emocionados fans, justo antes de volver a una reimaginada y placentera «Mood Ring». Aunque el principal protagonista fue su aclamadísimo «Melodrama», uno de los mejores discos pop de este siglo, hubo tiempo para presentarnos dos nuevos temas: «Silver Moon» e «Invisible Ink», que sonaron realmente bien. «Perfect Places», «Sober», una sentida «Liability» que nos erizó la piel para luego sacudirnos enérgicamnete con «Homemade Dynamite», «Buzzcut Season», «The Louvre», «Supercut», «Ribs»… todo fue sumando poco a poco, sin tregua, hasta llegar a un apoteósico final con «Green Light». El último show de «Solar Power», coincidiendo justo 2 años después de su lanzamiento, fue todo un éxito de principio a fin, toda una clase maestra de un concierto de pop, mágico, una montaña rusa de emociones que puso fin al festival por todo lo alto.
Hasta aquí nuestra aventura en el Vodafone Paredes de Coura 2023, un 30 aniversario pasado por agua pero que nos ha dejado algunos conciertos realmente memorables. ¡Nos vemos en 2024!
